La hidratación de la piel es necesaria para mantenerla en condiciones saludables y protegerla frente a la posibilidad agresiones externas tanto de enfermedades como de envejecimiento.
Para lograr la hidratación lo primero es tener hidratado todo el cuerpo a base de beber abundantes líquidos por boca, sobre todo en épocas de exceso de calor y sudoración. Y por otro lado aplicarse lociones hidratantes de forma habitual y sobre todo tras exposición a condiciones de exceso de frío o de exposición solar.
Cada piel tiene diferentes necesidades y formas de hidratación, a continuación hablaremos de cada una.
Se deben utilizar sustancias más ligeras, menos oleosas y con poca untuosidad. Estas pieles deben hidratarse sin saturarlas, ya que podría ocasionar taponamiento en las glándulas y ocasionar lesiones de acné. Los productos ideales son los serúms o sueros liposomales que contengan:
Estas pieles son resecas, sumamente deshidratadas. Se deben utilizar sustancias más oleosas y con mayor untuosidad, tanto de día como de noche. En algunos casos pueden usarse durante el día hasta 300 veces, leíste bien, hasta 300 veces. Los productos ideales deben contener:
Para una buena hidratación debemos clasificar muy bien tu piel y tus necesidades. Para tener una piel hidratada, además de los productos dermatológicos, te recomiendo:
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