Las verrugas son una causa frecuente de consulta dermatológica, sin embargo, no todo lo que las
personas identifican como "verrugas" lo son en realidad. Es importante saber diferenciar entre los
distintos tipos de lesiones en la piel para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Lesiones benignas como los acrocordones o fibromas blandos suelen confundirse con verrugas.
Son comunes en pliegues del cuerpo, como cuello, axilas o ingles. Por lo general, son pequeñas,
pediculadas y del color de la piel o más oscuras. Aunque no representan un riesgo, pueden retirarse
si provocan molestias físicas o estéticas.
También existen los nevos melanocíticos, comúnmente conocidos como lunares, A veces son
abultados y generan preocupación por su apariencia. Aunque no son contagiosos, siempre es
recomendable que un especialista los revise para descartar cambios sospechosos.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) causa las verrugas virales. Esta familia incluye más de 100 tipos.
Algunos generan verrugas comunes. Otros afectan distintas partes del cuerpo.
Entre los tipos más frecuentes de verrugas virales están:
Todas estas lesiones son contagiosas. Pueden transmitirse por contacto directo o a través de objetos
y superficies compartidas. Si no se tratan, es común que se extiendan a otras zonas del cuerpo.
El tratamiento depende del tipo de verruga, su ubicación y la cantidad de lesiones. Existen diferentes
opciones médicas. Algunas están orientadas a destruir el tejido afectado, mientras que otras buscan
estimular la respuesta del sistema inmunológico.
Acudir con un dermatólogo es fundamental. El especialista podrá identificar el tipo de lesión y sugerir
el tratamiento más adecuado según cada caso.
Este artículo es informativo y no sustituye una valoración médica. Ante cualquier lesión en la piel, lo
mejor es acudir con un especialista en dermatología.
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